sábado, 18 de setiembre de 2010

Ce serait donc la faute des Tziganes?

La iniciativa del presidente francés Nikolas Sarkozy de expulsar a zìngaros rumanos y bùlgaros de la Francia puede ser interpretada como la continuidad del mismo diseño polìtico con el cual se presentò a las elecciones. La expulsiòn de la etnia rom-sinti del territorio francés representa un acto nocivo, no sòlo para la Francia misma, sino tambièn para el resto de Europa. Inyecta en los ciudadanos culturalmente màs fràgiles la idea que la causa del descontento social,de los problemas econòmico-social màs evidentes -- la desocupaciòn,la impunidad en los grupos financieros y de poder,los gastos militares,el desastre ambiental, la inseguridad ciudadana -- sea todo culpa de los pobres zìngaros.
La bùsqueda de un capro expiatorio es una vieja historia en Europa. No es necesario un profundo anàlisis para darse cuenta que el capro expiatorio y el racismo son aleados siempre en los momentos de mayor dificultad. Se comienza siempre con los màs pobres, luego con los judìos,àrabes,homosexuales,intelectuales y luego los disidentes polìticos. La Italia de Berlusconi ha comenzado mucho antes de Sarkozy. En el 2008 el ministro del interno Roberto Maroni ha dado el vìa libre a un censo para tomar las huellas dactilares de los niños zìngaros en los campamentos donde viven, y esto ha pasado prácticamente desapercibido en la Uniòn Europea.
La Italia ha demostrado total indiferencia ,asì como demostrò una total indiferencia a la leyes raciales firmadas en 1938. Leyes que permitieron a la policìa efectuar un censo dentro de la comunidad para detectar, perseguir y luego deportar hacia los campos de concentraciòn, a aquellos que eran de origen hebrea y no solo. Que estos maléficos ministros hagan lo mismo con sus familiares!
La grande fuerza del racismo esta en su banalidad. El racista, el xenòfobo, no es un monstruo que deambula por nuestro imaginario. Como Hannah Adrendt ha dicho sobre el racismo, evocando la banalidad del mal, "el racista es un respetable padre de familia que, con buenas intenciones, desea reeducar o aislar aquellos rebeldes o desobedientes".
El más grande historiador del racismo contemporàneo ,George Mosse, ha observado que el racismo se suele transformar en el mayor punto de vista de la mayorìa. Y que la mayorìa elimina naturalemnte la minorìa, porque el racismo hace creer que criminal se nace, no se transforma. Se puede ser criminal si uno apartiene a una etnia, independientemente del delito que uno puede cometer. Tanto es asì que una espantosa ley del gobierno Berlusconi considera ontològicamente criminales todos aquellos que viven en Italia clandestinamente. En Italia no se va tras ls rejas por cometer un crimen, como exige el còdigo penal de cualquier paìs democrático, pero sì por un "mitadsemi-crimen", en pocas palabras: sòlo por que uno no es igual a los demás.
Que la Europa haya aceptado esta ley, que ofende los derechos del hombre y va en contra de la voluntad de las Naciones Unidas , es sìntoma de un vacìo jurìdico. Lamentablemente es aùn grande el paso que la Europa debe dar para que pueda construir una sòlida idea de una ciudadanìa en comùn. El problema es que existe un cìrculo perverso entre las instituciones estatales y la polìtica: los polìticos representan al Estado ,pero a la idea de Estado se antepone el consenso electoral , la bùsqueda de votos, el bisnes. La crisis de la democracia, que es una crisis de Estado, tiene que ver tambièn en esto.
En una entrevista realizada por Le Monde, el ministro del interno francès Brice Hortefeux dejò una declaracion alarmante, en ella fue evidente que: las decisiones anteponen el pensamiento,la reflexiòn y el desprecio por la cultura y los intelectuales,en pocas palabras por quien piensa. Por que aquellos que piensan (filòsofos,sociòlogos,antropòlogos,etc) dudan.
"La persona que piensa tiene pensamientos, y la persona que tiene pensamientos tiene màs de uno y el que tiene màs de uno duda".*
Es en la duda donde se crea la ciencia y es en la duda donde comienza la bùsqueda de la verdad. Esta bùsqueda es muchas veces difìcil, a veces resulta imposible, pero en este caso no se trata de buscar un dios ò saber el origen del hombre.
Es posible que un ministro europeo no habia entendido el significado de la palabra "ciudadanìa"?. Los Zìngaros (rumenos,bùlgaros,italianos o franceses) son ciudadanos como todos nosotros. Y como la Europa existe (Union Europea, se entiende)y en su escencia primaria el concepto de "ciudadanìa" es fundamental, Hortefeux (también el ministro Maroni, de la Lega Nord y todos aquellos que condividen la misma mentalidad) deberàn entender este concepto elemental. Al menos que no quieran correr el riesgo de dividir profundamente los ciudadanos europeos en vez de reunirlos.